Placer culpable
Disfrutas al igual que yo con un tiramisú o un cheese cake de frutos rojos, u otras dulces preferencias, si tu respuesta es afirmativa te invito al mundo del metabolismo celular. Ya en 1972 J. Yudkin publicó un paper muy comentado, en relación a los efectos nocivos del azúcar a nivel celular. Si consideramos a la célula como una mínima máquina, que requiere de energía para su funcionamiento, ésta se produce en motores internos llamadas mitocondrias, usando como combustible azúcar y como comburente mayoritario oxígeno.
Desde hace cuatro años Robert Lustig , ha ido más allá describiendo el Sindrome Metabólico. Actualmente nuestras costumbres, han posibilitado un suministro constante de azúcar (anteriormente esta sustancia era mucho más escasa). El estrés y el sedentarismo, generan que la mitocondria ante un exceso de azucar, forme agua oxigenada (potente bactericida), el cual es muy tóxico para la célula. En otras células como las del hígado (hepatocitos), el exceso de azúcar se traduce en acumulación de triglicéridos (resultado hígado graso). Una más, el organismo enfrenta el exceso de azúcar circulante (glicemia), produciendo más insulina (hormona que regula la glicemia), ésta bloquearía las señales de la leptina, esta hormona poco conocida se secreta en el cerebro y entre sus funciones mantiene en cierto equilibrio el porcentaje graso (25% de la masa corporal).
Ante este panorama poco auspicioso, es recomendable consumir azúcar rubia (menos refinada y por lo tanto menos asimilable), hacer ejercicios periódicamente y fruta mucha fruta, "no bebas la fruta cómetela", de ésta manera aumentas la fibra vegetal (celulosa que no degradamos y que favorece la peristalsis en el tracto digestivo), limitando la absorción del azúcar.
Si deseas complementar la lectura en el último número de la Que Pasa, puedes leer una entrevista a R. Lustig, que estuvo en Santiago invitado a un seminario sobre obesidad.
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